El Informe Anual de Precios de Venta del portal inmobiliario Pisos.com asegura que «de cara al futuro la situación sigue siendo preocupante» a nivel macro. La tendencia de los precios -señala- es a seguir bajando, aunque «los recortes son cada vez más moderados y desiguales según el área que se analice». De hecho, aunque la tendencia general es a precios más bajos, en ciertos centros urbanos se producen repuntes».
Sin embargo, el índice muestra cómo los precios a diciembre de 2010 se han abaratado casi un 10% respecto a cuando se inició el estudio, en 2009. Así, si el índice comenzó con un valor medio de 100, en este principio de 2010 ya se encontraba en 91,60. Hay que tener en cuenta que se trata de un índice de precios de venta, es decir, son los precios que los propios vendedores fijan para sus inmuebles y sólo afectan a las viviendas de segunda mano, sin tener en cuenta la negociación posterior entre compradores y vendedores, que normalmente se salda con una bajada aún mayor del valor final de enajenación de las viviendas.
A principios de 2010, el índice de Pisos.com estaba en 96 puntos y ahora se sitúa en 91,6, lo que supone que durante el año pasado los departamentos bajaron en casi todas las regiones, con escasas excepciones, entre ellas Cantabria.
Y es que, si hace unos años parecía que los departamentos en general eran baratos para las cuotas que se pagaban (sobre todo debido a las buenas condiciones financieras) en la actualidad los precios son en general demasiado altos para las rentas que tienen los españoles, y que no han hecho otra cosa que caer desde 2008, a lo que se suma una desocupación superior al 20 por ciento de la masa laboral del país.
Como explica el informe del portal, «el ratio que relaciona el precio de la vivienda con la renta bruta por hogar se sitúa por encima de los 6,6 años, tiempo que necesitaría un hogar medio para pagar la vivienda media destinando el 100% de su renta».
El crédito para vivienda concedido a hogares en España fue creciendo desde 1992 a un ritmo muy superior al que tuvo la financiación a actividades productivas en este mismo periodo. Así, el crédito a hogares se multiplicó por diez mientras que el de actividades productivas sólo se multiplicó seis veces.
Como resultado, en 2010 un 82% del crédito está otorgado a hogares cuando en 1992 era menos del 50%. Por otra parte, las actividades puramente inmobiliarias (empresariales e hipotecarias), se multiplicaron durante esa década por 18, pasando de 57.000 millones a más de 980.000.
«¿Qué quiere decir esto? Que el riesgo de las entidades financieras con el ladrillo ha aumentado exponencialmente», concluye el informe.