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viernes, 5 de agosto de 2011

Violentas protestas estudiantiles en Chile

Estudiantes chilenos se enfrentan a miembros de la Policía
En uno de los días de mayor convulsión social de los últimos años en el país, una masiva movilización de estudiantes y profesores derivó ayer en violentos choques con la policía en Santiago y varias otras ciudades del país, que dejaron más de 800 detenidos y 29 carabineros heridos.

El presidente chileno, Sebastián Piñera, había ordenado que se impidieran las marchas estudiantiles en reclamo de educación gratuita y de calidad. Para ello, el gobierno desplegó a 1000 policías en Santiago y otras 12 ciudades del país.

La represión fue fustigada por la oposición de centroizquierda y organismos de derechos humanos y motivó cacerolazos anoche en Santiago, Valparaíso y Concepción.

En la avenida Portugal, a pocas cuadras del Palacio de La Moneda, los vecinos salieron a las calles a golpear sus cacerolas, pero un grupo de carabineros a caballo arremetió contra ellos. Fue la primera vez desde el regreso de la democracia en Chile que se registró este tipo de manifestación, muy popular durante la dictadura.

Las protestas de los estudiantes llevan ya dos meses, con huelgas de hambre y la ocupación de colegios y universidades, para exigir educación gratuita y mejoras en la calidad.

Las concentraciones fueron reprimidas por los carabineros con gases lacrimógenos y carros hidrantes. Sin embargo, la acción policial no pudo impedir que unos 200 estudiantes ocuparan durante unas horas el canal de televisión Chilevisión. Desde allí, los estudiantes intentaban difundir su reclamo y su enérgico rechazo a la represión.

El aire se tornó irrespirable en la capital chilena, debido a la gran cantidad de bombas lacrimógenas que utilizaron los carabineros durante todo el día. Incluso los conductores del ferrocarril metropolitano advertían por parlantes a los pasajeros que debían cubrirse la nariz y la boca debido al gas reinante en los túneles.

"El escenario de hoy se parece mucho al estado de sitio en la dictadura", denunció la líder universitaria Camila Vallejo.

El accionar de la policía fue justificado por el vocero del gobierno, Andrés Chadwick, primo de Piñera. "La policía actuó conforme a la ley y está cumpliendo con su responsabilidad. Cuenta con el respaldo del gobierno", dijo Chadwick. La medida que aplicó el gobierno está basada en un decreto emitido en 1983 por Augusto Pinochet durante la última dictadura militar (1973-1990) para disolver protestas en su contra, lo cual alimentó aún más las críticas. El decreto señala que las personas tienen derecho a manifestarse, pero que deben pedir antes permiso a la autoridad.

Las marchas -que movilizaron a cientos de miles de personas las últimas semanas- se realizaron en vísperas de que estudiantes y profesores entregaran su respuesta al plan educativo presentado por el gobierno, que ya fue rechazado extraoficialmente por diversas federaciones estudiantiles de las principales universidades del país.

El gobierno, que se someterá a comicios municipales en 2012 y presidenciales en 2013, justificó su decisión de reprimir las marchas en la necesidad de mantener el orden. Los estudiantes "no son dueños del país", afirmó el vocero del gobierno, y alertó a los padres de que sus hijos podían resultar "lesionados" si participaban de las marchas.

Barricadas

La violenta jornada había comenzado con barricadas incendiarias en 12 puntos de Santiago. Los carabineros dispersaron a los manifestantes, que cortaron el tránsito y destruyeron semáforos.

En el puerto de Valparaíso, 140 kilómetros al noroeste de Santiago, 5000 estudiantes marcharon y se enfrentaron con la policía.

En Concepción, 500 kilómetros al sur de la capital chilena, miles de estudiantes se sumaron a una marcha que también fue reprimida por las fuerzas policiales.

En Chile, la mayor parte de la educación escolar requiere pago de mensualidades, además de toda la educación universitaria, considerada una de las más caras del mundo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

La crisis estudiantil ha contribuido a derrumbar el apoyo al gobierno de Piñera, cuya popularidad llegó esta semana al 26%, según una encuesta publicada ayer. Es el nivel más bajo de popularidad para el mandatario y el menor para cualquier gobierno desde el regreso de la democracia, en 1990. El sondeo del Centro de Estudios Públicos reveló que el respaldo al presidente cayó del 44% verificado en noviembre y diciembre pasados al 26% actual.

El estudio añadió que un 53% de los encuestados rechazó la gestión de Piñera, lo que significa un incremento negativo de 19 puntos respecto de la encuesta anterior.

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