Después de imponerse 3-2 en un vibrante encuentro como local, el Santos sólo necesita empatar para conquistar este domingo la corona, sin embargo presenta un reto difícil porque los Rayados tendrán la ventaja de jugar en su estadio.
Romano ha insistido en que su equipo no ha logrado nada aún porque la final es de 180 minutos y mañana saldrá con una propuesta ofensiva como hizo de visitante en cuartos de final, cuando empató 1-1 en casa de los Jaguares de Chiapas, y en semifinal, frente a América, al que superó 1-2 en el estadio Azteca.
Hay mucha expectativa alrededor del encuentro que debe ser una réplica del de ida en el cual ambos cuadros salieron con líneas adelantadas y lucharon mucho de media cancha hacia adelante hasta que el Santos se impuso por un autogol del defensa de Monterrey Duilio Davino en el minuto 86.
Santos buscará mantener el orden en la defensa con la guía del zaguero panameño Felipe Baloy, quien regresa al juego luego de una suspensión; de trata de un férreo defensor que antes vistió la camiseta de Monterrey y ahora tiene la misión de convertirse en el principal obstáculo de sus antiguos compañeros.
El equipo también podrá contar con el volante Juan Pablo Rodríguez, recuperado de una lesión en el muslo, lo cual le dará más vitalidad a un medio campo encargado de surtir balones al colombiano Carlos Darwin Quintero y el ecuatoriano Christian Benítez, la dupla goleadora del conjunto.
Vucetich diseñará un esquema ofensivo en el cual el chileno Humberto Suazo y el mexicano Aldo de Nigris serán las figuras principales, sin embargo el técnico dejará claro a sus jugadores que jamás deberán perder la paciencia porque si buscan el gol con desespero pueden dejar espacios atrás y recibir goles.
Se trata de dos de los tres mejores clubes del torneo, que tuvieron un buen equilibro en sus líneas defensiva y ofensiva y ha mantenido un elevado rendimiento en los últimos campeonatos, el Monterrey al ganar el Apertura-2009 y el Santos al llegar a la final del pasado Clausura-2010.
Santos perdió de manera dramática esa final ante Toluca, al errar tres disparos de penaltis consecutivos cuando sólo necesitaba uno para asegurar el cetro; eso alargó la mala racha de Rubén Romano en finales, fase en la que suma tres reveses.
El estratega ha insistido en que no piensa en su rendimiento personal sino en darle el título a un equipo que se recuperó de un golpe anímico brutal al dejar ir una final casi ganada y está renovado y con una mentalidad ganadora.
Si Santos Laguna gana o empata mañana será campeón porque habrá liderado la serie; si el Monterrey se impone por dos goles o más conquistará el título, pero si lo hace sólo por uno de ventaja, la serie terminará igualada y el torneo se decidirá en una prórroga o en serie de penaltis.